Mi moneda sin suerte

viernes, 29 de agosto de 2008


Me abrazo al recuerdo del disco de carne, hendido hasta el nervio de jugárselo todo, me abstengo de preguntarle por trampillas de luces, conductos al desván del sentido sosegado. Me prefiero espía de la ciencia del vulgo, ese juego de cartas entre cruces de cuerpos, sin pistolas ni espadas ocultas en los bastones, ni trucos ni acuerdos que comercien secretos.

Por el dilema de frío que bajo tierra retumba, escogí el ministerio más cercano a los lances, entre acordes con todo que suenan desafiantes, cubro mi cadáver de bolsa para poder jugar justo. No cuento por desconfianza en el exacto de relojes, me remito a la prueba del calvario yodado a tantas calamidades de tentáculos interminables, en los que asfixié un probable inframundo, nacido de un doloroso inadjetivable.

Así de insesgado voy cambiando de rumbo, pedaleando sabores y paladeando su ausencia, con la manga limpia de sudores de presa, con orgullo coherente en la vorágine impresa en cada uno de los gestos que la sutileza del azar expresa a través de mis manos. Y cada abstracción es un tirar de dados, y cada fricción un girar de moneda.

4 garabatos:

Adriana Lara dijo...

Bueno... yo venía a decirte que seguramente no creías que un diálogo como el que escribí sobre los libros y los juegos de video era cierto porque no tuviste la enormísima suerte (y placer) de tenerme a mí de profesora de literatura en tus clases (jajajajjaja), pero veo que no te hizo falta conocerme porque escribís extraordinariamente bien (lo digo asombrada y con respeto).

Bienvenido a Biromes, me encantaron tus comentarios.

Anónimo dijo...

La moneda como arquetipo y empatizar con con su materialidad y su fluidez... notable.
Además, me pareció lindo.

Eva Torices dijo...

Tremendamente denso. Me gusta la fuerza que tiene, son tres párrafos saturados de contenidos donde el significado se desborda y te exige masticarlo una y otra vez para que tu boca pueda dominarlo.

Chema dijo...

La verdad es que estoy bastante orgulloso de este texto. Es casi mi favorito de todo lo que he escrito.

Quizás se adaptaría mejor al verso, marcando mejor las pausas, eliminando comas. Pero estoy cansado.

De alguna forma pienso que al superarse los metros tradicionales, el verso sólo emborrona, disfraza, no sirve. El ritmo ha de ir implícito. No sé explicarlo.

Muchísimas gracias a las tres!

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