El deseo

martes, 5 de agosto de 2008

Desde que abrí los ojos veo sombras,
los sedimentos de un río imposible,
sus esculturas siempre caprichosas.

Vivo atrapado en torno a un pasado
tan inmediato que nadie lo nota.

El tiempo se equivoca entre mi cuerpo,
lacera hasta el sometimiento mis sentidos:

son monstruos con aliento de recuerdo,
recuerdos de un monstruo que se expande
sobre cada momento que devora.

El campo de mi roce es un lamento,
no siento lo que tengo y aún contengo
todo aquello que siéndome tan propio
me mira con sorpresa de extranjero.

Cuando me besas no siento tu beso,
siento la eterna ausencia de tus labios.

Cada segundo me veo asediado,
toda posibilidad se me revela,
mi pensamiento lame cada esquina
de todo lo que puede ser suceso.

El correr de cada instante es un plañido:
todo lo que habiendo sido se emborrona
entre todo lo que no y ya he perdido.

Cuando me besas no siento tu beso,
siento la eterna ausencia de tus labios
y cuando se termina llega el trueno:
el dolor de cuando no me mordiste,
el placer de los desechos de tu lengua,
el sabor de tus posibles sabores
se desborda violento sobre mi cuerpo.

No hay giro que defina mi destino,
el secreto de la linea del misterio
es rutina para mi YO siempre disperso,
tan obvio y tan desnudo está mi tiempo.

He vivido tantas vidas paralelas
entrecruzadas todas en imposible,
tan expandido estoy que nada siento.

Y no puedo quitarme de la vida
porque en la posibilidad creo estar muerto,
cada una de las heridas que no veo
siguen, pese ausentes, aún doliendo,
las que más queman son cuando me besas
y siento la eterna ausencia de tus labios
al comprender que nunca te he besado,
y no puedo dejar nunca de hacerlo.

2 garabatos:

Ernesto Castro dijo...

Me sienta fatal que aquí haya tantos poemas buenos y que bien por falta de tiempo, bien por pereza, no pueda leerlos. Soy un lector malisimo, he de admitirlo...
...y tu un escritor insaciable, incansable, inmenso, ínclito y todos los in que puedan verse para bien.

Chema dijo...

Bueno, hombre, te perdono. A mi también me gusta mucho más escribir que leer.

Además el comentario es altamente adulador, aunque discutible, sobre todo por lo de ínclito :)

Un abrazo

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