Amor en XII actos. Acto VII: El amor se diferencia

domingo, 28 de septiembre de 2008

Silvio se apeó del coche y sintió el placer que guardan las noches de verano tras la asociación oscuro-frío. Caminó las dos manzanas, dejando la tercera a medias y llamó al timbre. Dicen que la belleza es superficial simplemente porque se queda enganchada con facilidad de los años y las toallitas desmaquilladoras. Silvio estaba convencido de que cualquiera que pensase aquello cambiaría de parecer viendo descender a Lucía aquellos cuatro escalones.

Desandó lo andado, esta vez con Lucía de la mano, mientras lanzaba piropos a las farolas para ponerla celosa. "Como cualquiera de esas zorras te eche la luz encima te juro que me la cargo". Subieron los dos al coche, pero ella se bajó al segundo. Y agarrando una piedra del suelo la lanzó con todas sus fuerzas contra la más cercana. Falló y la trayectoria descendente del proyectil destrozó el retrovisor de un mercedes. "¿Por qué has hecho eso?". "Me caía mal, en el fondo todas las farolas son unas zorras, arranca".

Entraron en el Silesio, bar de moda de clientela joven, situado en una de las parlelas a Juan Flórez. Cada ronda de cerveza les sujetaba más fuerte, el uno contra la otra, sosteniendo altercados con abrazos, la una contra el otro, cambiando sonrisas por besos. Sin importarles que molestasen a las mesas vecinas con sus risas peyorativas, con su sarcasmo altisonante.

Siguieron hasta el Orzán, animándose entre ellos a beber más, colgados en un abrazo mutuo. Todo daba igual, mañana nadie se acordaría de nada, se prometían olvidarlo. Terminaron recostados contra una columna de un pub del paseo marítimo. Ella bailando para él en el espacio de dos palmos. "Aguantarás sin mí un minuto, tengo que ir a mear" "Ve sin miedo, puedo cuidar de mi misma".

Cuando volvió del servicio, vio a Lucía bailando con otro. Le había visto con ella en anteriores ocasiones a lo largo del año. Fue a la barra y pidió una copa al camarero, que no le cobró. Se conocían a través de ella. "Tío, creo que deberías hacer algo, porque me parece que Fabio anda con una idea fija en la cabeza". Silvio se acercó a donde estaban, pero a medio camino cambió de parecer. Se quedó apoyado en la pared mirando.

Fabio se la llevó de la mano y salieron del local juntos. Una melancolía violenta, ganas de romper el mundo, ascendieron desde sus manos, sacudiendo los brazos hasta nublar la cabeza. Pero tenían un trato no escrito. Se preguntaba en qué punto quedó trazado, en que lugar del pasado quedó así establecido. Cuándo hubo de apretar más. Qué es lo que había faltado.

Bebió la copa de un trago y salió. Existen tres tipos de relaciones sentimentales, según se construyan desde la compasión, la posesión o el amor. Y pese toda complejidad, pese a todo encasillamiento en palabras vacías como amistad o noviazgo, el dolor reduce de un plumazo todo a esos tres conceptos. Compasión, posesión, amor.

Imaginemos una escena. Una pareja que se quiere intensamente camina por el parque, ella se cae y al arrastrar la mano izquierda por la gravilla su palma queda en carne viva. La compasión hará que él sienta dolor en la mano derecha, no un dolor físico fruto del choque de nervios, pero sí el resto de sensaciones que del dolor se desprenden. La posesión le hará sentir dolor por la pérdida de la piel, algo propio que se lleva un tributo en belleza y utilidad. El amor no le hará sentir ningún tipo de dolor en la mano, ni aún en el pecho como solían decir los poetas de antaño. Lo sentirá en la mano de ella.

Un corro de gente se había formado. En el medio estaba Lucía. Fabio salió catapultado a través de la multitud hasta caer cerca de los pies de Silvio. Este pasó a través del barullo, y vio a tres chavales que no habrían cumplido aún los 18. Les reconoció en seguida del Silesio. Escuchó un "zorra de mierda" y se colocó al instante entre ellos y Lucía, con los brazos anudados a la espalda. Y sin mediar palabra, escupió al más alto en la cara.

Comenzaron a golpearle, y en menos de un minuto el cuerpo de Silvio descansaba sobre la cera. A Lucía, que no dejaba de gritar, la sujetaba un chico de la facultad, que le tenía fijación, como todos los chicos tímidos tienen fijación por alguna chica bonita. Silvio se reincorporó con visible esfuerzo. Sangraba por el oído izquierdo, por la nariz y la boca. Su camiseta estaba rasgada a la mitad. La multitud vitoreaba. Cuando estuvo completamente erguido extendió la mano en señal de stop hacia los tres chavales. Las palabras que Silvio pronunció entonces correrían como la pólvora, transcritas casi con total exactitud en conversaciones de bares y cafeterías:

"Los sadomasoquistas tenemos una gran ventaja sobre el resto de la gente. Cuando vosotros pensáis que nos estáis dando la paliza de nuestra vida, lo único que estáis logrando es ponernos cachondos. El sabor de la puta adrenalina... Y yo soy una puta zorra de los juegos preliminares. Jajajaja, mirad, sangre, me ha bajado la regla. Vamos a echar un polvo"

Y diciendo esto agarró a uno de ellos por el pelo e impactó su cabeza contra la suya. El crack de la nariz fue perfectamente audible entre los chillidos del chico, que cayó desplomado llorando. Sostuvo al segundo por las solapas de la chaqueta y rompió con su cuerpo la ventanilla de un coche, para posteriormente estampar su cabeza contra la pared del lado contrario. Al tercero lo derribó con la pierna y comenzó a golpearle en la cara, aprisionándole los brazos con sus rodillas. Tuvieron que separarles.

Una vez en casa de Lucía, esta le curó las heridas de la cara con algo de gasa y mercromina. Terminaron haciendo el amor sobre una silla. Cuando ella se quedó dormida, Silvio bajó a la calle. Pensó que quizás nadie les entendiese, que quizás le pareciesen desagradables a todo el mundo. Pero que a él le daba igual. El amor se diferencia de la locura en que es cosa de dos. Se acercó al coche de un solo retrovisor. Recogió la piedra y la tiró contra una farola, regando la calle de cristales rotos. "En el fondo sois todas unas zorras".

7 garabatos:

Anónimo dijo...

Bueno, has tardado en actualizar; pero ha merecido la pena.XD

Me ha encantado el acto de hoy, especialmente cuando hablas de los tres tipos de relaciones sentimentales, y la analogía que continua, es brillante ;)

Pero podías aclarar que es lo que ocurre entre Lucía, Fabio y los chicos del Silseo,¿qué pudo ocurrir para que el otro se fuese corriendo? Eso me ha dejado intrigada...jaja

Sigue así, cada vez está más interesante.

Anónimo dijo...

Tardaste en actualizar cocksucker ... Y aún encima la espera no ha merecido la pena jajaja (coña)
No sé qué más decir. En estos casos, mejor callarse. Saludos.

Anónimo dijo...

Será tan extremo el masoquismo, de tener necesidad de salir buscar camorra y que te saquen la cresta para exitarte... hasta ahora no tenía idea de esta versión violenta y pública.

Chema dijo...

Jajajajajajaja, Silvio no es sadomasoquista. Son sólo palabras.

Simplemente tiene 19 años. Dale tiempo mujer, la vida es una cuestión de práctica.

He tenido noches sin sentido. He llegado a casa y me he metido dos horas en la bañera, mirando al infinito. Otras en las que he puesto música a todo volumen en los cascos hasta que me dieron las 12. Y he llorado.

Pero se aprende. Se aprende lo que es el miedo, lo que es el dolor, lo que es la locura... se aprende a predecir lo siguiente antes de que ocurra. Se aprende lo que quieres y lo que no quieres. Se aprende a jugar. Se pierde el miedo, se pierde el dolor, se termina la locura.

Pero todo eso ocurre después de los 20 años.

Chema dijo...

(Por cierto, el autor del segundo comentario ha confesado no haber siquiera leído el relato)

(Es SPAM)

Kate* dijo...

Llegué después de mucho tiempo, habían pasado días que no pisaba tu mundo.

"Ay, Silvio, Silvio.. cuántas noches aún te faltan por luchar contra tu voluntad. Mirando el cielo y peleando contra el mar".

Querido Chema, me gusta mucho leerte y así como llegue con un verso me despido con otro.

Saludos!

Bismark Estrada dijo...

"Existen tres tipos de relaciones sentimentales, según se construyan desde la compasión, la posesión o el amor"

"El amor se diferencia de la locura en que es cosa de dos."

Cito amabas frases porque me parecen geniales Chema...

Giraste la trama de forma genial, esta quedandote bien fregona, me gusto mucho lo que dice del sadomasoquismo, igual yo tambien lo hubiera dicho solo para darme valor.

Me ha gustado muchisimo como lograste darle accion a la trama.

Saludos

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