Si como el veinte por ciento de la población estás pensando en suicidarte, y necesitas urgentemente una escusa para no hacerlo, al menos todavía, esta es tu lista. No se trata de mejores o peores películas, que nunca se sabe y para eso están los gustos. Simplemente tienen algo que las demás no tienen. Eso que hace diferentes las cosas, guste o no guste...
El increíble caso de Benjamin Button: Tengo una corazonada con esta película. Vale, no arriesgo demasiado, es una favorita inédita y pese a ello absoluta para los Oscar. Corre a cargo de uno de los dos mejores directores de esta generación (David Fincher). Cuenta con el mejor actor y la mejor actriz de la pasada (Brad Pitt y Cate Blanchett, es mi opinión sincera). Y está basada en un relato de Scott Fitzgerald. Por todo ello ya huele a clásico. A historia. A futura seña de identidad de esta década que ya se cierra
W: ¿De veras piensas irte sin averiguar cómo George W. Bush pasa a la historia como el presidente más ceporro del imperio americano de la mano del siempre polémico y sádico director Oliver Stone y del genial transformista Josh Brolin? Recuerda esa noche de niño en que la casualidad te llevó a ver JFK. Cómo maravillado te preguntabas si todo aquello era posible... Y ahora imagina el careto que se les va a quedar a los chavales dentro de diez o veinte años cuando vean esto:
Watchmen: Poesía. El resto de palabras, como casi siempre, sobran...
Hace 8 horas
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