Quizás debería escribir una oda
por los derrotados
los que
no giraron dos veces la llave
cuando todo contenían
y sin embargo
no saltaron el candado del odio
cuando se lo hubieron robado
los que
supieron conservar la dulzura
en sonrisas si había alegría
para después
anegados por dentro de llanto
de sal continuarlas forzando
los que
entendían la vida se esconde
entre los gestos sencillos
pero
no dudaron en prenderse fuego
porque valía la pena.
Sin ira
ni rabia
ni venganza
ni condena
que les llevase como a otros
hacia la supuesta gloria
narrada en las estéticas crónicas
de la historia.
Pero con gesto sincero lo digo
no será necesario.
Mientras los victoriosos
figuran solos
en
estatuas y archivos
nosotros
cadáver con cadáver
nos besaremos de olvido.
Hace 11 horas
¡Deja el primer garabato!
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