Una enfermedad se ha instalado en mis días
la veo reptar bajo las mantas del cielo
que exuda gotita a gotita su recuerdo
formando una lágrima de tinta amarilla
que traza sutil la sombra de su cuerpo.
Es el aterrizaje de ese viejo conocido
cazando soplidos entre el viento homicida
remanentes del aire que ella suspira
con los que sobornar mi respirar sumiso
para así ser de nuevo jinete de mi pecho.
No quedan palabras para trazar una fuga
su saliva impregna la horca de mis lamentos
y solo en sus labios podré encontrar la cura
porque el amor, finalmente, ha vuelto
para tejer mi vida de porciones de beso.
Hace 13 horas
Sólo un garabato ¡Deja otro!:
el nuevo jinete de tu pecho, esto es lo mas sensual que puede tejer un hombre al escribir.
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